22 mar 2011

Preludio.







Hacía meses que no visitaba Las Tablas. Ayer me regalé un paseo. Disfruté de lo lindo; desde el pasado otoño no había vuelto, entonces comprobé cómo el agua, debido a la evaporación y la que se filtra en el terreno, había retrocedido varios metros y su nivel había bajado más medio metro. Con las lluvias se han rebosado de nuevo. El espectáculo que resulta de su contemplación  es inenarrable. Por fin el clima les ha permitido hacer un ciclo estacional completo; y se regeneran de maravilla, y nunca más debemos consentir dejar que se sequen.